Andres Bedoya

Obras
Biografía
La Paz, Bolivia, 1978
 
            Las obras de Andrés Bedoya investigan el complejo de rituales, creencias y objetos de la región andina a través de un trabajo de introspección sobre su propia biografía. Mediante un amplio abanico de medios, entre los cuales se destacan el dibujo, la fotografía, la performance, el video y la instalación, el artista potencia las capacidades de los materiales para convertirse en dispositivos narrativos y en soportes conceptuales de una ética artística dedicada al cuidado de un segmento del pasado y la tradición que parecen estar en peligro.
            Bedoya adquiere una enorme recepción crítica con su obra Ultra Madre, presentada en el Museo Nacional de Arte en La Paz, en 2009. Concebida como una recreación de la muerte de su madre, donde el artista proyecta la pérdida personal como una ocasión para reflexionar sobre la impermanencia y la transformación. Consistente en una estructura sobre andamios dispuesta para que 57 mujeres se recostaran quietas durante una hora de modo que sus cabellos formaran un tapiz, la pieza acuñó dos marcas tesoneras del artista: la meditación como práctica y la función terapéutica del arte. De este modo, no resulta casual que, en la encrucijada entre pasado comunitario y memoria personal, el cuerpo del artista se convierta en un verdadero territorio de exploración de las tensiones entre lo heredado y el futuro.
            Puesta en el centro de atención, la experiencia corporal es una superficie que deja de pertenecer al mundo privado e individual del artista para tornarse capaz de reflejar y dotar de significado a prácticas culturales, colectivas y públicas. Un ejemplo de ello fue la confección de tres mantos mortuorios en 2014, elaborados minuciosamente por la unión de escamas metálicas, que al mismo tiempo abrían el paso para la experiencia de un duelo personal, permitían una reflexión sobre la pérdida del sentido del trabajo y el tiempo en el presente. En 2022 participó de la primera edición de la residencia FAARA en Uruguay, gracias a la cual se abocó al aprendizaje de técnicas y oficios como la porcelana dental, el vidrio y la orfebrería, y ha participado en exhibiciones individuales y colectivas tanto en Bolivia como en Estados Unidos, Noruega, Brasil, Chile, Reino Unido y Argentina, entre otras.