Gabriel Valansi

Obras
Biografía
Buenos Aires, Argentina - 1959
 
            La obra de Gabriel Valansi parece estar recortada por una mirilla, nos conecta inmediatamente con un dispositivo de seguridad: el ojo que espía. Exhibe el horror y la autodestrucción del ser humano, la guerra solapada de lo contemporáneo. Valansi es artista visual, fotógrafo, músico y un estudioso de la cábala. Interesado por el hacer humano, inició su camino en una escuela técnica, un incentivo que lo llevó a estudiar ingeniería y física, pero su sueño, en realidad, siempre fue ser escritor.
            Su abuelo era un ruso melómano, que además coleccionaba unas revistas comunistas llamadas Novedades de la Unión Soviética.En su casa, Gabriel pasaba el tiempo escuchando música, mirando tapas de discos de vinilo o leyendo revistas, curiosidades infantiles que más tarde formarían parte de su imaginario. Mucho de lo que vio y escuchó en esa casa se transformó en práctica artística y en su forma de narrar con imágenes.
            Sus obras muestran críticamente la relación de los humanos con las tecnologías. Una serie completa de sus fotografías fueron tomadas con un dispositivo militar de visión nocturna durante los saqueos de 2001 en Argentina, que sugiere de algún modo que no hay otra óptica posible para dejar registro de este mundo en llamas. Su trabajo explora las contradicciones de una realidad cada vez más conectada e interroga las representaciones psicológicas y los miedos profundos que provocan las sociedades modernas, exponiéndolas a los excesos de sus propias políticas de seguridad y voyerismo.
            Valansi construye torres de desechos tecnológicos, muestra las pruebas nucleares acontecidas durante la Guerra Fría o expone fotografías tomadas con dispositivos bélicos. Sin embargo, cuestiona la posibilidad de que el arte sea político, entendido como una militancia o una forma de cambiar la sociedad, aunque tampoco se resigna a que el arte sea solo mercado. Después de muchos años en la escena artística mundial y a través de distintos soportes, el artista argentino nos hace llegar un mensaje claro: la realidad también puede ser ficción y hay una clave en cómo se construye el punto de vista.