Alberto Greco

Buenos Aires, Argentina 1931 - Barcelona, España 1965

 

            La vida de Alberto Greco fue breve pero intensa. Artista provocador, agudo y desbordante, plasmó su singularidad y su pasión tanto en su manera de vivir como en su concepción y práctica artística. Nacido en 1931 en la ciudad de Buenos Aires, tras un breve paso por la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano, comenzó a explorar otros lenguajes. Fue escritor, poeta, artista plástico y fundador de Il Vivo Dito, un movimiento que concebía al arte vivo como la aventura de lo real. En 1962 empapeló la ciudad de Génova con el manifiesto que daría inicio a este movimiento y en el que se lo definía como el arte de señalar con el dedo y mirar aquello que sucede en la calle, sin modificarlo ni convertirlo en un objeto para ser contemplado en una galería de arte.

            Greco recorría las calles de diferentes ciudades con una tiza en la mano y de un trazo encerraba grupos de personas que pasaban y luego seguían su camino u objetos que encontraba por ahí. Aunque sabía que esos trazos de tiza desaparecerían, los firmaba con su nombre. Así, el arte se volvía un movimiento que incluía gente, tiempo, conversaciones, rumores, olores: un arte vivo. Greco formó parte de una variante del Informalismo, corriente que se manifestaba en contra de la racionalidad en el arte e incorporaba imaginarios del inconsciente y materiales no convencionales en la producción de obras. Trabajó con café, pasta de dientes, chapas, cosas que aparecían acá o allá. Antes de utilizar los óleos los dejaba a la intemperie para que fueran modificados por la naturaleza.

             “Andar siempre en la dirección contraria de la que se debe ir es la única manera de llegar a alguna parte”, emerge como una premisa de su vida y de su obra. Puso fin a su vida a los 34 años, en Barcelona, tomando una gran dosis de barbitúricos. En ese trágico momento, dejó dos inscripciones: una en la palma de su mano izquierda que decía “Fin” y otra sobre una pared que completaba el sentido de la primera “Esta es mi mejor obra”.

            Su búsqueda, guiada por el interés en la comunicación, fue la de hacer de su trabajo algo popular y poner al arte siempre al servicio de la vida.