Felipe Baeza

Obras
Biografía
Guanajuato, México - 1987
 
            Felipe Baeza nació en México y muy joven se mudó a los Estados Unidos. Vivió en la ciudad de Chicago, aunque desde hace muchos años considera a Nueva York su hogar. En 2009, se graduó como bachiller en Arte en The Cooper Union, una de las más prestigiosas instituciones educativas de Nueva York, y años más tarde realizó una maestría en la Universidad de Yale (2018). Baeza utiliza en sus trabajos una variedad de técnicas que incluyen el collage, el grabado y la pintura al temple, un tipo de pintura a base de yemas de huevo que funcionan como aglutinante, lo que hace que la obra sea más resistente. Esta multiplicidad de técnicas está al servicio de un abanico de temas que abarcan lo queer, la inmigración y el desplazamiento. 
            Su imaginario combina su procedencia mexicana, apelando al arte precolombino y azteca, con sus propias derivas por ambos países y otros rincones del mundo. Su propia migración no fue fácil y a partir de esas experiencias inciertas encontró en la figura del fugitivo un aliado. Evitando cualquier romantización, Baeza considera que ser un fugitivo implica un modo de suspensión porque, al estar por fuera de las fuerzas de la ley, es posible forjarse un modo de vida propio. Baeza argumenta que la imaginación es una herramienta poderosa a la hora de crear una vida que valga la pena, modos de existencia que combinen la fuerza del imaginario queer con la del migrante, de los que surgen una forma de liberación, una propuesta que mezcla su propia historia de vida y su proyecto artístico.   
            La práctica artística de Baeza tiene como objetivo imaginar estructuras y posibilidades para la autoemancipación del cuerpo fugitivo que vive en y está constantemente sujeto a condiciones hostiles. Su obra My vision is small fixed to what can be heard between the ears the spot between the eyes a well-spring opening to el mundo grande (2018)formó parte de la muestra Nobody Promised You Tomorrow: Art 50 Years After Stonewall realizada en 2019 en el Museo de Brooklyn de Nueva York. La exhibición se proponía recordar la matanza que se considera dio inicio al movimiento de derechos civiles LGBTQ+, los artistas convocados nacieron después de la fecha conmemorada y a su vez el requisito para participar fue que sus trabajos tuvieran una mirada crítica sobre cómo esos momentos históricos se convierten en monumentos. Por el contrario, la muestra se construyó como un espacio de reivindicación del derecho a la alegría y de la persistente afirmación de las vidas queer que hacen de su capacidad de resistencia y resiliencia una bandera.