Marcela Astorga
Marcela Astorga siempre tuvo una inclinación natural hacia el arte. Desde temprana edad, se dedicó a explorar la relación entre el ser humano y su entorno, utilizando la piel como metáfora de identidad y conexión con el mundo que nos rodea. Su obra se caracteriza por una profunda introspección y una exploración constante del trauma y la experiencia humana. A través de una variedad de medios, como objetos, instalaciones, fotografías, acciones, videos y collages, Astorga construye una poética que invita al espectador a reflexionar sobre la existencia del cuerpo y su relación con el entorno.
La omnipresencia de Los Andes, la cumbre y lo bajo, la luz y la sombra, el deshielo y los ríos, los contrastes y las graduaciones nutren su trabajo. También el abuso de poder y el deseo de una realidad más equitativa. Una de las señas distintivas de su trabajo es la utilización de materiales inusuales, como crines de caballo, cuero y cerda, que evocan sensaciones táctiles y despiertan la percepción sensorial del espectador. Sus obras provocan una experiencia visceral, que puede resultar incómoda, pero al mismo tiempo reveladora, invitando al observador a tomar conciencia del momento presente y de su propia existencia.