Ananké Asseff

Buenos Aires, Argentina, 1979

            En el centro de las preocupaciones artísticas de Ananké Asseff hay un interrogante que insiste: qué le sucede a un cuerpo cuando es atravesado por la mirada, la presencia, la figura de un otro. Esas fuerzas que lo traspasan ponen en juego no solamente la memoria y la experiencia individual de ese cuerpo, sino también las reacciones, estímulos y emociones que ese cuerpo recibe cuando interactúa y se relaciona con el entorno. No es casual, por lo tanto, que su primer medio y, tal vez, aquel cuyas características formales marcan sustancialmente su producción sea la fotografía. Siempre explorando los vínculos que la subjetividad establece con aquello que desconoce, uno de los elementos que emergen de sus piezas es el modo en que esa otredad puede ser neutralizada por la paranoia, el miedo o el encierro, fenómenos que desde la perspectiva de la artista caracterizan a la sociedad contemporánea.

            En su serie de fotos, agrupadas bajo el título P.B., buscó poner de manifiesto la violencia sexista latente en la sociedad y desmantelar la idea de “mujer” como un objeto disponible. Con Potencial confeccionó una serie de retratos frontales contundentes en los que es posible ver un conjunto de ciudadanos armados dentro de sus propios espacios domésticos. Participó en la Bienal Internacional de Artes Visuales del Museo Nacional de Bellas Artes en 2002 y desde entonces formó parte de numerosas exposiciones, hasta realizar una primera muestra antológica de su trabajo en 2017, organizada por el Centro de Fotografía de Montevideo, donde se mostraron más de 60 obras. En la misma, se vuelve notable su expansión hacia otros formatos, el video, la instalación, la escritura, incluso, la obra sonora, que complejizó su discurso artístico.

            Esta pregunta por la manera en que sus objetivos, pero luego también los espectadores, miran el mundo, la llevó a probar un lenguaje más experimental, en escenarios cada vez más extrañados, difícilmente reconocibles. Imágenes de naturalezas, en las que la escena central aparece ocluida; tomas que han sido llevadas al monocromo, en las que las figuras se hacen prácticamente imperceptibles; registros de performance en las que los cuerpos que interactúan se funden hasta volverse indiscernibles.