Marta Minujín

Obras
Biografía
Buenos Aires, Argentina, 1943
 
            Desde sus primeras intervenciones en la década de 1960 hasta la actualidad, la obra de Marta Minujín ha sido sinónimo de vanguardia y experimentación en el arte contemporáneo argentino. Formada en la Escuela Nacional de Bellas Artes, Minujín se destacó por sus performances, happenings y monumentales instalaciones que desafiaron las convenciones artísticas de su tiempo. Su enfoque innovador la llevó a ser reconocida internacionalmente, situándola junto a figuras como Yves Klein y Allan Kaprow en la muestra Out of Actions: Between Performance and the Object del Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles en 1998.
            A lo largo de su prolífica carrera, Minujín ha creado obras emblemáticas que invitan a la participación y reflexión del espectador. Desde La Menesunda (1965), una ambientación que sumergía al público en una serie de experiencias sensoriales, hasta El Partenón de libros (1983), una monumental estructura construida con libros prohibidos durante la dictadura argentina, su trabajo ha explorado temas como la libertad, la censura y la cultura de masas.
            A mediados de los años 60, Minujín comenzó a trabajar con colchones como soporte y material central de sus obras, marcando un giro en su exploración de lo efímero y lo blando frente a la solidez de la escultura tradicional. La artista recolectaba colchones viejos y usados de hospitales y cárceles, cargados de historias anónimas, desgaste y memoria. Estos objetos, que conservaban las huellas de los cuerpos que habían descansado sobre ellos, eran resignificados en piezas que cuestionaban la materialidad del arte y su función social. En La destrucción (1963), realizada en París, Minujín invitó a artistas y espectadores a desarmar y quemar sus esculturas de colchones, enfatizando el carácter transitorio del arte y su potencial para la renovación constante. En El Batacazo (1964), los colchones fueron utilizados como superficies pictóricas que rompían con la bidimensionalidad del lienzo, incorporando el desgaste y las texturas del uso cotidiano como parte de la obra. A través de estos trabajos, Minujín materializó su idea de un arte que no solo se observa, sino que se experimenta físicamente, que se deconstruye y se reconstruye en un ciclo constante.
            Durante la pandemia de 2020, Minujín volvió a trabajar con la iconografía de los colchones en una nueva serie de collages, realizados con tiras de colchón pegadas a mano sobre papel. Estas obras, creadas en su taller en confinamiento, reflejaban la introspección y la resistencia a la inmovilidad impuesta por la crisis sanitaria. La repetición del gesto manual de cortar y pegar evocaba la fragilidad y el aislamiento del momento, transformando un objeto asociado al descanso en una metáfora de la incertidumbre, la resiliencia y la creatividad en tiempos de crisis. A través de esta serie, Minujín reafirmó su capacidad de reinventarse y de hacer del arte un espacio de resistencia y transformación, incluso en los momentos más adversos.
            Su obra se caracteriza por una constante búsqueda de interacción con el público, desdibujando los límites entre el arte y la vida cotidiana. Con una energía inagotable y una visión audaz, Marta Minujín continúa siendo una figura central en el panorama artístico, inspirando a nuevas generaciones con su espíritu libre y su compromiso con la innovación.