Ana Gallardo

Obras
Biografía
Rosario, Argentina - 1958
 
            Ana Gallardo es artista visual, militante feminista, tejedora de vínculos que son parte de su vida y de su obra. Trabaja con los lenguajes que están al alcance de su mano, es autodidacta y autobiográfica. Su madre era artista y murió cuando ella era muy chica; como su madre, comenzó pintando, pero se dio cuenta, con el correr del tiempo, de que era pésima en esa práctica. Después de varios intentos fallidos de ser reconocida por su trabajo, de enviar sus obras a diferentes concursos, e intentar insertarse en un mercado pensado principalmente para hombres, decidió cerrar su taller. Ordenando sus cosas, en ese afán de darle fin a una etapa, ató con cinta de pintor cada una de sus herramientas y las pegó a la pared. Cuando un amigo llegó a la casa y vio lo que había hecho,  pensó que ahí había una nueva obra. En el ojo que observó y en la propia Ana nació un medio, que era pictórico pero también escultórico, en el que encontraba forma un nuevo modo de producir.
            A partir de ese momento el rumbo de su vida artística dio un giro que la llevó a realizar diferentes performances, desde armar una casa rodante con sus cosas y llevarlas tiradas por su bicicleta hasta la galería, a encintar todos los objetos que pertenecieron a los hombres que pasaron por su vida, pero sobre todo a visibilizar la violencia machista tanto en el arte como en la vida en general.  Ella misma, su existencia, es su propio material. El tema es siempre lo que la conmueve, lo demás suele ser anecdótico. Su práctica surge del vínculo con otros y a partir de una actividad puntual que muchas veces ocurre por fuera de los límites de la sala de exhibición. La violencia, en particular en el mundo de las mujeres, la vejez, la precariedad, suelen ser ejes constantes en su obra.
            Gallardo le ha dado visibilidad a las mujeres, a las diversidades, a las adultas mayores con una obra hecha para conmoverse, para participar, para pensar, para militar. Aunque a lo largo de los años su trabajo ha experimentado diferentes metamorfosis, en su quehacer artístico hay un horizonte común: reparar el daño, ayudar y acompañar al mismo tiempo que se produce obra. Es una artista guerrera que trabaja con sus miedos inventando nuevos modos de transitar la vida y los vínculos. Porque por encima del vértigo de lo que cambia para Gallardo hay primero un deber: el de descubrir y darles forma a todas las manifestaciones del deseo.