José Leonilson

Obras
Biografía

Fortaleza, Brasil, 1957 - São Paulo, Brasil, 1993

 

            Leonilson nace en 1957 en una familia humilde de Fortaleza y el primer ahorro que tiene lo usa para empezar a recorrer el mundo. Fascinado por los aviones, los barcos y los rascacielos de las grandes ciudades, creó su propio lenguaje y una iconografía que repite a lo largo de su obra. Los personajes de Leonilson son, en general, pequeños hombres sin ojos ni rasgos cuyas figuras son delimitadas por finas líneas de energía minimalista. Es miembro fundamental de la llamada generación de los 80 en Brasil y cosechó grandes amistades en el mundo del arte, como la artista Leda Catunda.

            En sus trabajos, Leonilson habla, mueve y ocupa un espacio de construcción propia. Recorre el camino de los amores y desamores, no necesita mucho para exponer su corazón partido. A veces sus obras son simplemente una palabra: “mentiroso”, bordada con puntadas de hilo. Y en estas piezas el arte toma siempre un vuelco autobiográfico, es una crónica delicada que nace de sus vísceras. Con pocas pinceladas o cortas puntadas, abre camino por el bosque de su privacía, en un acto íntimo consigo mismo y el espectador.

            Leonilson se presenta palpable, expuesto, sentimos su sed de vida, su deseo, sus temores y cómo aún, en estado de éxtasis, las cosas más bellas del mundo tienen su lado oscuro. El lenguaje y la palabra, pilares sobre los cuales se construye su mundo, pierden la sintaxis, encandilando una emoción que no sabíamos ni que existía. En esta línea, sus obras no utilizan puestas elaborados y se presentan, la mayoría de las veces, despojadas,  en montajes austeros, colgadas de pequeños clavos a la pared.

            En 1993, Leonilson muere víctima de sida. En sus últimos meses de vida, consciente de su diagnóstico y el corto tiempo con el que contaba, siguió creando obras, cada vez más pequeñas y más íntimas. Sus obras se encogieron con él, los recursos se volvieron más escasos y Leonilson buscó dar las últimas puntadas de vida antes de ser consumido por el virus. Mientras que en muchos artistas la obra una vez realizada toma autonomía, las piezas de Leonilson siempre vuelven a él, a su historia y nos hacen ir hacia nosotros mismos.