Sobre la obra:
La obra Los Frutos, perteneciente a la Serie de España (1937-1939), condensa el simbolismo icónico de Forner. Muestra un paisaje ensombrecido, con ruinas teñidas de polvo de ladrillo que se retuercen de dolor junto a cuerpos inmóviles apilados. En medio de las ruinas, un árbol robusto se desangra, porta una mano, un pie y una cabeza dignos de una escultura grecorromana. Las ramas del árbol se cierran como manos sobre estos miembros, sus frutos, que parecen ser lo único que puede florecer de él. De esta forma, intenta aferrarse a los pocos restos de una esfinge, los pocos restos de la civilización.
Las relaciones narrativas entre los símbolos de Forner son diversas, casi infinitas. A la hora de representar uno de los momentos más trágicos de la historia humana, como es la guerra, Forner elije un árbol en el lugar de la humanidad y tiñe la tierra de rojo, rojo sangre; como si las raíces fueran las arterias que bombean al corazón. Tanto en esta obra como en el resto de las pinturas de este período, las mujeres son robustas, sus manos cargan niños, comida, trabajo, dolor. La mujer que sobrevive a la guerra y debe seguir adelante aparece, así, con la agonía de todo lo perdido.