Roberto Jacoby

Obras
Biografía

Buenos Aires, Argentina, 1944

 

            La trayectoria artística de Roberto Jacoby puede entenderse como la construcción de un archivo vital, comunitario y político. Desde su temprana participación en los círculos de la generación de artistas informalistas y neofigurativos y artistas e intelectuales del Bar Moderno durante la década del sesenta hasta sus ensayos de colaboración y convivencia a través de proyectos e instituciones como START, Bola de Nieve o Proyecto Venus en el siglo XXI, el trabajo de Jacoby pone en el centro de atención la materia prima de la sociabilidad. Formado como pintor, muy rápidamente se volcó a la confección de objetos y esculturas de clara inspiración pop, y comenzó al mismo tiempo una serie de experimentos que marcarían su ética artística. La colaboración, la participación del público, la autoría colectiva y los lazos sociales constituyen uno de los ejes críticos de su trabajo.

            Los primeros formatos que le permitieron desplegar esta atracción por la relacionalidad fueron la performance y el happening. Ya sea llevando su vida de taller en vivo a una galería, o inscribiéndose en el denominado arte de los medios masivos para mostrar su capacidad de producir realidad. Además de la colectivización, otro de los rasgos profundamente vanguardistas que marcan la praxis artística de Jacoby son sus búsquedas de desmaterialización. En 1966 presentó uno de los primeros experimentos conceptuales que hacía foco sobre la naturaleza imaginaria de la obra: Maqueta de una obra, en el Museo Nacional de Bellas Artes, en la que a través de una pieza de telgopor invitaba a los espectadores a proyectar la obra. Esta sería la primera de una serie de intervenciones que llamarán la atención sobre la importancia de la circulación de ideas por sobre la presencia física.

             Esta línea de su trabajo fue acompañada por un proceso de radicalización política que tuvo su lugar central en el Instituto Di Tella y en Tucumán Arde y que luego se convirtió en una plataforma de creación que se negaba a participar de las instituciones artísticas, conformando una escena paralela y muchas veces oculta, fuera de las luces del arte oficial. Participó intensamente de la escena under porteña, en cuyo seno ideó la célebre “estrategia de la alegría”, una respuesta política al terror que había dejado latente en la sociedad argentina la dictadura militar, que incluía eventos y fiestas itinerantes. Creó, ya en los noventa, la agencia creativa ficticia Faboulous Nobodies, recordada por su campaña “Yo tengo sida”, que buscaba luchar contra la discriminación hacia la enfermedad del HIV. Intervenciones urbanas, proyecciones cinematográficas clandestinas, edición de revistas artísticas y libros de ciencias sociales, impresión de afiches, trabajos como vestuarista, letrista y escenógrafo son algunas de las formas en las que se ha manifestado su práctica artística.