José Carlos Martinat

Obras
Biografía

Lima, Perú, 1974

 

            José Carlos Martinat trabaja mezclando mecánica, electrónica, programación y escultura. Su vida como artista visual es tan ecléctica como su formación: estudió fotografía, diseño gráfico, arte y tecnología. En sus proyectos, copia, se apropia y reinterpreta imágenes que forman parte de la vía pública. Su obra sale de la vida misma: “siempre trato de trabajar sobre cosas que ya existen”. Explora aspectos políticos, económicos y sociales, generalmente asociados a sus contextos. Martinat crea su obra en el mismo lugar donde será expuesta, generando un diálogo concreto con el entorno. Muchas veces utiliza la calle como molde, copiando elementos que le interesan. 

            Es un trabajador del arte multifacético y sus obras suelen ser excéntricas, cargadas de color, muchas veces monumentales, con participación del público y también de invitados a los que les pide que intervengan el trabajo expuesto. El artista reinventa lo que rodea. Con diferentes técnicas, algunas reveladas y otras no, copia monumentos, estatuas, pinturas, escritos de las calles donde hará sus presentaciones. El aluminio y la resina son dos elementos que le permiten calcar: “al colocar las láminas sobre un torso, estatua, monumento y moldearlo sobre el objeto seleccionado, el resultado son esculturas superficiales, delgadas y delicadas, pero aún con el rostro serio que proviene de la obra original”.

            A partir de esta mecánica de trabajo, pasa de la esfera pública a la esfera privada, un movimiento que toma como punto de partida elementos de la vida cotidiana y los reubica al interior del sistema del arte. Se trata de “Ejercicios Superficiales”, título con el que nombra a esta serie de obras que se apropian del arte callejero: pinturas retiradas de paredes, vidrios de ventanas cubiertos de graffiti sacados de edificios y frottages tridimensionales de monumentos públicos. En una supuesta superficialidad, traspola minuciosamente estos elementos, los saca de contexto, poniendo en evidencia mensajes, luchas populares y disputas de poder.
            Con frecuencia, estas intervenciones se hacen sin autorización. En Buenos Aires, por ejemplo, provocaron la ira de los otros artistas. Tal vez no sea casual que, para proyectos subsiguientes, haya trabajado con materiales cuya autoría era más difícil identificar. Con una lógica irreverente, a contramano del espíritu de estos tiempos, Martinat elige un gesto inmoral para revelarnos nuevos sentidos.