Miguel Harte

Obras
Biografía
Buenos Aires, Argentina, 1961
 
            Establecido como uno de los mayores referentes artísticos de su generación, la trayectoria de Miguel Harte está puntuada por una imaginación exuberante y un instinto abocado a la incesante creación de mundos. Paradigmático e ineludible, su trabajo pone en suspenso aquello que llamamos realidad, para moldear un universo singular, autocontenido y consistente, poblado de seres que al tiempo que se alejan de nosotros, parecen ser un retrato oblicuo del artista y su entorno. Autodidacta y expresionista, formado en la sensibilidad de una familia integrada al mundo del arte local de los años 60 y 70, sus primeras obras pictóricas en óleo fueron exhibidas en Brasil, donde vivió algunos años durante la década de los 80, y luego en Buenos Aires.
            Integrado a la escena local, en compañía de Pablo Suárez y Marcelo Pombo, con quienes llegó a funcionar prácticamente como un trío artístico, su producción participó del mundo mítico del Centro Cultural Rojas y sintetizó buena parte de las características que la identifican: un amor por el arte como juego, una pasión barroca por el ornamento y el bricolaje, y una ética amateur vinculada al tendido de circuitos y redes de trabajo, exhibición y gestión. Con Accidente doméstico consiguió el Primer Premio de Escultura del Salón Fortabat, organizado en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires. Y ya en la década del dos mil, comenzó a abrir sus ecosistemas, inclinándose al gran formato. En 2003 se celebró su muestra antológica Miguel Harte en el Museo Nacional de Bellas Artes, que lo consagró definitivamente.
            Cuando el brillante mundo gráfico de Harte se expandió en el espacio con la inclusión y producción de objetos, su trabajo logró recortarse de su contexto. Así, un conjunto de marcas estilísticas lo singularizan: el uso de telgopor entelado y papel maché, primero, y sus pulidas superficies de fórmica, el trabajo escultural y plástico de la resina, los suaves planos nacarados producto de la acción de pinturas industriales, después. Al mismo tiempo, la burbuja y el derramado como modo de configuración de un cosmos propio se convirtieron en sede de criaturas humanoides, especies sobrenaturales, un verdadero cruce entre el reino microscópico de los insectos y el mundo propio que lo vinculó por siempre con la entomología. En este sentido, cada intervención de Harte recuerda el poder de la deformación como método. Sus obras son, simultáneamente, pulcras y grotescas, detallistas y explosivas.