Eugenio Dittborn

Obras
Biografía

Santiago de Chile, Chile, 1943

 

            La figura de Eugenio Dittborn irradia su enorme potencia en la escena del arte contemporáneo chileno gracias al rol central que tuvo en el proceso de renovación de las prácticas artísticas locales en tiempos de la dictadura de Pinochet. Luego de una extensa y variada formación en Europa, regresa a su país en 1972 -en donde vive hasta la actualidad- y, junto con sus compañeros Ronald Kay y Catalina Parra, organiza diversas exhibiciones en la Galería Época y publica una serie de textos en la experimental editorial V.I.S.U.A.L. En el año 85 recibe la beca de la Fundación Guggenheim y a partir de la década de los 80 forma parte de la Escuela de Santiago, junto con otros importantes artistas chilenos. 

            La trayectoria de Dittborn es la cifra de la emergencia de un repertorio de herramientas y estrategias artísticas que verán sus primeras modulaciones en Chile. El videoarte, el mundo de la imprenta y la gráfica y los libros de artista componen un laboratorio en el que los límites entre la escritura y la visualidad se vuelven indiscernibles, en el que el montaje y la yuxtaposición conviven con un deseo de comunicación y contacto con el espectador que reformulan los términos de la experiencia estética convencional.

            Sus pinturas aeropostales, donde sobre diversos soportes de tela o lona, el artista introduce rastros gráficos de pintura, salpicaduras, costuras, fotografías, entre otros elementos flexibles que, plegados e introducidos en sobres especialmente diseñados, son enviados a distintas latitudes a través del correo, son las que le dieron su renombre internacional. Una vez recibidos, sus “mensajes” exhiben no solo sus contenidos, sino también las huellas de su trayectoria inscriptas en sus pliegues. Este método le permitió dar cuenta del proceso de globalización en ciernes , y de la situación política chilena marcada por el encierro, la censura y la precariedad. 

            En muchas de las piezas es posible ver un juego estructural entre una composición geométrica con formas aleatorias y semifiguradas. La naturaleza de la pintura de Dittborn va estar signada por el movimiento al que se expone, haciendo de las pinturas aeropostales objetos transitorios. Concebidas para un traslado, las piezas numeradas están siempre entre dos formatos y dos estados: su situación epistolar, plegadas y embaladas, y su momento exhibitivo, desplegadas a la vista.